El domingo por la tarde, ya estaban dispuestas las sillas para un público fiel, que cada año para estas fechas, se reúne para disfrutar del recital ofrecido por este grupo tradicional catalán. Un grupo consolidado, formado hace 40 años. Entonaron canciones típicas: habaneras y algún bolero; cantaron acompañados de la guitarra y también lo hicieron a capella, magníficamente. El público estaba encantado y les acompañaron en algunos de los temas, eso sí, tímidamente. En el intervalo se acercaron al mostrador preparado para la ocasión, donde las llamas fueron dando cuerpo a la cremá. Después de entrar en calor, el entusiasmo se acrecentó un poco y entonces el público se animó a hacer los coros subiendo un poco más el volumen de las voces. Una vez terminado el recital, cada uno alcanzó su silla para aligerar el trabajo de los organizadores, y en un santiamén, la plaza quedó despejada. Rápidamente nos encaminamos hacia la plaza D´elx para ver el espectáculo pirotécnico musical que tenían preparado como final de las fiestas. Al finalizar nos fuimos todos a las casas. Cuando empezaba a acostumbrarme al silencio, se oyó el sonido particular del camión de limpieza, y ahí estaban, cumpliendo con su deber, los limpiadores manguera en mano. En un plis plas, la plaza quedó como si nada hubiera ocurrido.
¡Hasta los próximos festejos!
©Susana Sosa Villafañe