Habitantes de la Plaza Masadas

Desde mi ventana he visto pasar la vida de esta plaza.
Niños atravesando la existencia con sus ciclos a través de los años.
Risas y llantos, berrinches, caprichos.
- Da, da, atá, ete no, dame, quiero, mamá, papá, pásame la pelota…
Formando sus grupos de compinches para el juego, fumando los primeros cigarrillos fuera de la mirada de los suyos. Primeros amorcitos, los segundos, terceros y decepciones.
Las pérdidas, golpes bajos inevitables. Gritos de alegría o de rabia.

El primer carrito a propulsión de pies, el triciclo, la bicicleta, el monopatín, los patines, el ciclomotor, el rumrum de la gran moto.
Romances pasajeros, noviazgos llegando a algún puerto, los hijos venideros y vuelta a empezar…

©Susana Sosa Villafañe