sábado, 25 de julio de 2009

Esta semana va de cuento.

Tal vez el personaje viva en la Plaza Masadas, o quien sabe...

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Tiempo muerto
Se despertó a la misma hora: las seis de la mañana. Se duchó, igual que siempre. No tardó más de un cuarto de hora en salir del baño. En cuarenta y cinco minutos debería vestirse; tomar el desayuno; lavar la taza y ponerla en su lugar; dejar todo arreglado. Coger las llaves y la cartera,
cerrar la puerta y bajar corriendo las escaleras. Al salir a la calle sintió que algo era diferente. La humedad calaba sus huesos; le supuso lágrimas concentradas de almas sufrientes, y lo contagió de la melancolía que las hubiera causado. En ese estado atravesó el parque por el sendero angosto, a las 7 de la mañana, -como solía hacer cada día- rodeado del aroma desprendido del laurel en flor. Se cruzó con los mismos personajes de siempre; pero no se percató de la ausencia de aquel hombre del traje gris, que cada mañana saludaba con un “hola ¿que tal?”. Cuando llegó al final del caminito se dio cuenta que faltaba algo en la película, pero su memoria no podía detectar de inmediato la falta. Se detuvo y miró atrás: la senda era la misma y la escenografía no había cambiado. Los setos estaban en el lugar habitual. A lo lejos se veían los perros de costumbre, con sus respectivos dueños. Los árboles todavía presentaban las ramas peladas y la hojarasca aún no había sido retirada por los cuidadores del parque. Era la primera vez que abría los ojos y la mente, para repasar los detalles más ínfimos. Se enteró en ese momento, que el olor habitual, tan peculiar, pertenecía a la tierra mojada por el rocío, y que las voces no humanas, eran emitidas por los diferentes pájaros habitantes del lugar. Observó cómo una alondra gorjeaba su canto y esperaba la respuesta de su macho, que no tardó mucho en contestar desde el otro lado, entablando un diálogo prolongado. Vio a un mirlo atravesar el césped en una carrera vertiginosa para atrapar algún gusano. Prestó su atención a una familia de loros del sur, que discutían y no se decidían en que árbol recalarían para descansar. Se preguntó de dónde habrían salido. Siguió con la mirada al corredor de la cinta en la cabeza y le pareció que llevaba ropa más llamativa. A la señora que paseaba su perro yorkshire terrier, la notó más alegre. Cuando estuvo a su lado se animó a hablarle por primera vez.
-Perdón, ¿cómo se llama?
-Dolly, - contestó la mujer acariciando al animalito- es una perrita guapa, ¿no le parece?
- ¡Oh! No me refería a la perrita, sino a usted. Disculpe mi atrevimiento, pero es que llevo mucho tiempo cruzando el parque a la misma hora, todos los días, y me cruzo siempre con la misma gente. Hoy me he dado cuenta de algo importante: no se el nombre de nadie y desconozco todo de sus vidas. Me parece que después de compartir tantos años, durante un tramo del día, este espacio, sería bueno por lo menos saber cómo se llaman. Hoy me he sentido como si fuera un autómata y algo -de lo que aún no me doy cuenta- me ha conmovido, haciéndome despertar de una especie de letargo o sonambulismo… si, es eso, un zombi durante no sé cuanto tiempo, quizá años. Me temo que me he perdido muchas cosas en este período y trataré de recuperar algo.
- Me llamo Adela. Encantada y espero que pase usted un buen día señor…- se quedó mirándolo: esperaba saber su nombre.
- Lautaro, mi nombre es Lautaro. Hasta mañana Adela.- se despidió con una sonrisa rescatada del olvido.
Al salir del parque intentó hacer memoria para detectar en qué momento había perdido la naturalidad, transformándose todo, en la fuerza de la costumbre. Recordó que un día se le ocurrió cronometrar el tiempo demorado, desde el momento que sonaba el despertador, hasta salir y cerrar la puerta del apartamento. Al principio había adoptado el hábito de contar los escalones de su casa. Debía bajar dos plantas para llegar a la calle. Después se dedicó a los minutos que le llevaba eso. Más tarde acrecentó el ritmo hasta batir su propio record. Empezó a enumerar las baldosas de las veredas y los árboles de cada calle; las puertas de una acera y la otra. Llevaba un control de las personas con las que se cruzaba, diferenciando a cada una por algún detalle o forma de vestir y las identificaba como en un catálogo: por orden de aparición y algún mote. Creó un mapa mental donde cada ser y cosa ocupaba su sitio a determinada hora. Sabía cuantos pasos daba, desde que cerraba la puerta de la finca hasta llegar a su escritorio de la oficina donde trabajaba. Así fue incorporando manías, llevándolo a encerrarse totalmente en si mismo, pero sin que ello implicase ningún sentimiento, más que el objetivo de automatización de sus movimientos en su trayectoria, camino al trabajo. Como si quisiera matar ese tiempo. Al que bautizó, paradójicamente, de “tiempo muerto”.
Se le cerró la garganta y las lágrimas saltaron de sus ojos. « ¡Oh! Cristina, mi amor…» pensó mientras llevaba su mano al corazón para que no se le escapase.
Sí, todo comenzó después de la muerte de su esposa.

Fin

©Susana Sosa Villafañe
Barcelona, febrero de 2009.

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martes, 21 de julio de 2009

Un adiós a Francesc Sierra

Tristeza en el local de Administración de Lotería de la Plaza.

Hace algunos meses el local de Administración de Lotería había cerrado sus puertas, por jubilación de sus propietarios. « Ya estamos cansados, es hora de disfrutar de la vida. » - Me dijo su dueña.
Lamentablemente, entonces, no sabía que el de su esposo sería un descanso definitivo.
Mis saludos y condolencias a la familia. Una abraçada.
Susana Sosa Villafañe
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Desde este espacio tan pequeño mi mas sentido pésame a la familia de nuestro vecino y amigo Françesc Sierra que nos dejó el domingo para partir hacia otro lugar donde velará por sus vecinos y su familia, desde su espacio… lejos del bullicio de la plaza, seguramente desde un plácido silencio,... pero a nuestro lado.

Mensaje dejado por Sara G.
http://www.thegothicsmode.com/

sábado, 18 de julio de 2009

Una semana tranquila

Apasible verano
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La semana transcurrió muy tranquila en la Plaza Masadas.
Las terrazas de los bares son muy concurridas hasta la medianoche. Un punto de encuentro para las familias del barrio y grupos de amigos. Se nota que el verano ha llegado con fuerza. Pareciera que a los niños les cuesta cansarse y los padres tienen que insistir mucho para llevárselos a dormir, casi a rastras.
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¡Silencio!, rodamos...


Durante la mañana de este sábado, un grupo de producción independiente que tiene su base de operaciones en el Centro Garcilaso, estuvo grabando “El culebrón del barri” cuyo destino de emisión será Internet.
Tienen su página en My Space donde se puede recabar más información.

No estuvieron solos: otro equipo de producción profesional también aprovechó las características de este espacio tan especial, para retratar modelos destinados a llenar las hojas de un catálogo de ropa alemán. Otto Magazine.
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©Susana Sosa Villafañe

lunes, 13 de julio de 2009

TV movie "Las cuatro estaciones"


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La floristería de la plaza Masadas, ha sido uno de los escenarios de la TV movie “Cuatro estaciones”, dirigida por Marcel Barrera, que productoras asociadas de Valencia y Barcelona han comenzado a rodar en la ciudad condal para después trasladarse al país valenciano donde culminará el rodaje a finales de julio.


Los protagonistas son Antonio Valero y Leticia Dolera, además de casi 40 actores en total, que cubrirán los roles de esta comedia romántica; entre los que se encuentran David Verdaguer, Jordi Vilches, Cristina Fernández, Francesc Tormo, Iván Morales, Sergio Caballero, Brady Sharkan y Olga Alamán.
Se trata de una comedia juvenil en la que el jefe de la pizzería (Antonio Valero), su hija (Cristina Fernández), y un grupo variopinto de jóvenes, compartirán sus aventuras y desventuras en torno a la vida, el futuro y, el amor.
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La primera película de Marcel Barrena, de los productores ejecutivos Cruz Rodríguez (TVC), Joana Chilet (TVV), Juan Carlos de La Hoz (Sagrera Audiovisual) y Nathalie Martínez (Somnia Ars), contará con Oriol Maymó en la Dirección de Producción, Óscar Montesinos en la Dirección de Fotografía y Marta Bazaco en la Dirección de Arte. La música correrá a cargo de Maxi Valero ('Escuchando a Gabriel', 'La estancia' y 'Paciente 33'.
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Fuente: http://www.europapress.es/
Fotos: © Susana S. Villafañe